Sprinters, de Lola Larra: la novela y la investigación
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LOS CRÍMENES

Los Fármacos

“En cuanto a los delitos de lesiones graves mediante el empleo sistemático de tratamientos psiquiátricos a los propios colonos de la Ex Colonia Dignidad, de acuerdo a los antecedentes expuestos en el respectivo auto de procesamiento, dictado por este mismo tribunal, los hechos punibles reiterados, por ahora acreditados en esos autos, se configuraron por las siguientes circunstancias:

Los jóvenes colonos alemanes Gudrun Wagner, Waltraub Schaak, Wolfgang Müller Ahrend, Gerd Schaffrik, Hans Peter Schaffrik, Horst Schaffrik, Günter Schaffrik y Jürgen Szurgelies, todos ellos pertenecientes a los grupos de niños emigrantes desde Alemania a Chile, que se asentaron entre los años 1961 y 1963, junto a los mayores que los acompañaban, en el ex fundo “El Lavadero”, Parral, en la denominada Colonia Dignidad, bajo el mando de un líder, fueron separados de sus padres, al igual que al resto de los niños alemanes; pero además aquellos fueron sometidos a “tratamientos de salud”. Y no obstante estar sanos, se les suministró psicotrópicos y aplicó corriente eléctrica en sus cuerpos, mediante electroshock, permaneciendo los jóvenes aislados en el “hospital”, como también en el anexo a éste denominado “Neukra”, ambos ubicados al interior de la hoy ex Colonia Dignidad.

Se establece también que dichos seudo tratamientos siquiátricos tenían como objetivo lograr la separación de los miembros de las familias y con ello la destrucción de los vínculos de éstas, además de inhibir las conductas sexuales de las víctimas, con la intención de destruir el concepto de familia y así mantener una supuesta pureza moral de tales jóvenes.

Asimismo, el líder ejecutó tales conductas en contra de los jóvenes luego de que, con previa formalización de nexos con personas chilenas, creara un sistema de colaboración con los organismos de seguridad, logrando un estatuto similar al de las autoridades de tal índole la época; permitiéndole todo ello llevar a cabo impunemente las prácticas crueles en contra de parte de los propios colonos alemanes, los que deben ser considerados como parte de la población civil; violencia física y sexual empleada para la destrucción de los vínculos de familia del grupo con fines de proselitismo religioso o servicio a una causa.

Dichos “tratamientos siquiátricos” en contra de los jóvenes los dirigía la persona que hacía las veces de facultativa médico habilitada, con la tolerancia de la autoridad administrativa, pues no tenía habilitación legal para ejercer como médico en Chile.

Tal agresión física en contra de los jóvenes colonos alemanes se hacía con orientación directa del líder, con el claro propósito de mantener el poder absoluto que sobre todos ellos él tenía”.

Extracto del Juicio a Schäfer y sus cómplices

Abusos

-¿Qué significa, para Ud., “abusar” de un menor?

-No entiendo qué significa.

Interrogatorio a Esther Dorothea Witthan, colona, enfermera

-¿Quiénes son los sprinter? ¿Y los keiles?

-He escuchado de sprinter, pero no sé nada. También he escuchado de keiles. Yo no fui de esos. Cuando yo estaba era para jugar, para aprender, para hacer deporte. No sé si algún niño de la Juventud o de nosotros le hicieron algo malo allá. No sé nada.

Interrogatorio a Arni Blanck Heimann, colono, pintor

-¿Ha oído hablar de abusos a menores? ¿Entiende qué significa? ¿Tiene algún antecedente sobre eso?

-Yo sé de la Biblia qué significa eso. He escuchado de la prensa que de eso se trata respecto del señor Schäfer. No tenía nunca idea de eso. No sé nada. Personalmente nunca fui abusado por el. Si yo supiera algo creo que nunca habría vivido jamás en la Villa.

Interrogatorio a Werner Schmidtke, colono, mueblista

“Cuando todos se duchaban él se acercaba silenciosamente a un niño y le decía que después se fuera con él. En su pieza le decía al niño que se sentara en una silla, le ponía un antifaz por el que no podía ver mientras Schäfer caminaba alrededor del niño. Se excitaba e incluso se masturbaba. Luego el menor lo acompañaba a la cama. Él colocaba vaselina a su genital y cometía el abuso con el niño de turno. Los niños que pasaba la noche con él eran recompensados: no tenían que trabajar al día siguiente. El único calor humano que tienen los niños en la Colonia es durante el acto sexual, esto lleva incluso a que algunos lo quieran. Cuando se le acabaron los niños alemanes, Schäfer tuvo que proveerse de niños chilenos. Por eso inventó el Internado Intensivo”.

Wolfgang Müller Kneese, ex colono

“Fue un día martes. Ese día me levanté, nos lavamos y después nos vestimos y fuimos a tomar desayuno, y de ahí él me mandó a llamar, Paul Schäfer, que es medio guatón, con la cara media gordita y un ojo que le llora y usaba una cuestión en la oreja, era medio sordo parece. Me mandó a llamar con otro alemán, con uno que se llama Uwe. Y Schäfer me dijo que entrara a su pieza y yo miré alrededor y en el velador tenía una pistola. Ahí me dio miedo y me hizo que me sacara la ropa y me la saqué por miedo y él estaba con polera y acá (indica de la cintura para abajo) estaba desnudo, y de ahí ya empezó a tomarme el pene, a darse vuelta y ¿cómo se llama? después me lo…, me dijo que me diera vuelta y ahí me dijo… me lo colocó, pero en las otras declaraciones no me animé porque me daba vergüenza decirlo”.

Declaración del niño C.P., miembro del Internado Intensivo

Represento a los niños chilenos. El primer caso que llevé fue el de C.P. Era el más pequeño de todos, tenía ocho años cuando comenzaron los abusos y su informe médico es aterrador. Salió de la Colonia en julio de 1996. El niño, a los 12 años escribió una carta, la recibió la abuela. La mamá actuó con inteligencia y aunque sabía que había sido violado por Schäfer, logró sacarlo de la Colonia convenciendo al propio Schäfer. Le dijo que le prestara al niño por un día porque tenía demandado al padre por pensión de alimentos, y tenía que llevarlo a esa diligencia. Fue muy inteligente y muy valiente.

Lo llevaron a Parral y le hicieron exámenes médicos. Además del relato del niño, tenía pérdida de tonicidad anal, síntoma inequívoco de abusos sexuales. Mi hipótesis es que los niños recuerdan sólo parte de lo que sucedía porque, salvo dos niños que pueden dar testimonio de escenas muy crudas, los demás no se acuerdan, o sólo dicen me tocaba. Pero tienen lesiones muy serias, y no se acuerdan de nada. Sabiendo que Schäfer conocía muy bien el tema psicofármacos y químicos, seguramente los drogaba”.

Hernán Fernández, abogado, representante de las víctimas de Colonia Dignidad

“En los casos que yo vi los índices clínicos más importantes que se observan eran trastornos de ansiedad, alteraciones del sueño, pesadillas con contenidos persecutorios, imágenes reiteradas involuntarias de los acontecimientos, incapacidad de expresar emociones, temor, miedo, sensación de amenaza permanente, percepción de que en cualquier momento podrían ser objeto de daños, ellos o sus familias, por parte de la gente vinculada a la Colonia Dignidad. También desconfianza extrema y alteración de la realidad en el sentido de que el ‘Tío Permanente’ aparecía como un sujeto completamente omnipresente en sus vidas”.

Juan Manuel Gálvez, psicólogo

“Yo escuché lo de los abusos en la televisión y lo vi en el diario. No me di cuenta qué quieren decir con eso. Nunca sentí que el señor Paul Schäfer me hiciera algo malo, algo que no me gustara. Ni una vez sentí algo así. Tampoco se de algún otro niño que hubiera sufrido algo malo de parte de él. El nombre C.P. alguna vez lo escuché, pero no sé quién es. Ahora no sé nada del señor Schäfer. Lo que sé es que estamos agotados de tantas calumnias y tanta persecución. Nosotros dejamos de hablar de todas esas cosas del pasado. Ahora que me llamaron a declarar tuve que pensar en todo eso que hace años no pensaba”.

Declaración de Georg Schmidtke, colono

“La existencia de una supuesta escuela al interior de la Colonia Dignidad, del internado intensivo, de profesores que no eran tales sino instruían en alguna disciplina menor son hechos que implican un engaño público que invitaba a confiar en la estructura de la Colonia; en los momentos que los menores fueron víctimas de la agresión, se encontraban lejos de su hogar, en el campo, sin disponer de comunicaciones, desnudos y con personas que les impedían salir del lugar y enfrentados a una persona que, con su autoridad, ordenaba todo el escenario favorable para aquellos actos”.

Argumento de la Acusación, Juicio a Paul Schäfer

“En el Internado vivía con los chiquillos, con el Rorro, el Jaime, el Manuel y también con niños alemanes, el Michael y el Siegfried y el Georg. Ahí estudiábamos y los que nos daban órdenes eran el Tío Mong y los profes que teníamos nosotros. Yo tenia de profesor al Toby. Matías era otro profesor y también el Tío Fips, que no sé cómo se llama.

Al lado de donde estábamos nosotros había una casa grande y él tenía sus cosas ahí. Yo estuve en esa casa. Me acuerdo que me hizo algo malo, pero no me gusta acordarme. El Tío Mong o cualquier otro tío nos buscaba para ir donde el Tío Permanente”.

Declaraciones del niño E.U.S.

“Mi apodo es Mong. No recuerdo que el señor Schäfer me haya pedido que llevara a algún niño a su habitación. El señor Schäfer me daba órdenes, por ejemplo, para las actividades con los niños como canto, en ayuda en la panadería o acumular leña y en paseos y competencias, él lo organizaba, era un genio en eso, en organizar actividades, hacía los planes y los desarrollaba. Nunca nadie me dijo que el señor Schäfer hubiera ido a buscar a algún niño de noche. Nunca nadie se quejó que le hubiera pasado algo malo allí, nunca nadie reclamó”.

Gunter Schaffrik Bruckmann, alias Tío Mong, colono

“Yo fui sprinter de Schäfer. Era un viejo mañoso. De repente tenía su genio. Pero los alemanes lo respetan harto. Y cuando uno es sprinter, los alemanes lo toman como algo tan normal. Incluso las alemanas. Por ejemplo Ruth, la vieja de la panadería, le pregunta por la mañana al sprinter cómo durmió Paul Schäfer la noche anterior. Pero él tiene un pésimo sueño. Conversa en la noche y hablaba como retando a los alemanes. Se levantaba al otro día así, con unos ojos de insomnio.

El que los elige es Schorsh. Ése es su sobrenombre, pero se llama Georg Schmidtke. Él tiene una lista de todos los kailes, pero no todos los kailes son sprinter. Es una carpeta que está en el mueble de al medio, en la sala del Zippel Saal o el Teatro. De esta lista elige los que van a ir a dormir con Schäfer. Y siempre elige el sprinter del día y la noche. Se eligen dos sprinter. El grande puede dormir en la misma pieza, en un sillón, porque tiene un sillón y una cama de una plaza y media que es dura y otra pegada a ésta que es de una plaza, que es blandita, donde duerme el sprinter. A veces el sprinter de mayor edad se va a dormir al Kinderhause y Paul Schäfer se queda sólo con el niño más pequeño. Al otro día el menor se levanta temprano, para lavar el auto en que Paul Schäfer se moviliza y también a preparar el desayuno. Se levanta como a las 11 o 12 y el sprinter prepara la leche, le echa azúcar, pancito con un poquito de mermelada y pastillas. Como cinco pastillas, parece que tiene algo del corazón. A mediodía primero se pone una máquina chiquitita en la que mete el dedo, parece que es para la presión, que tiene que andar trayendo uno, y después se toma el remedio. Después va a dormir la siesta. Si él quiere duerme solo pero el sprinter debe estar cerca.

A mí me tocó ser sprinter como unas veinte veces. Después de la reunión, como a las dos de la mañana,uno se iba a la Freihaus con el otro sprinter. Nos llevaba el Schorsch. Ysi uno estaba cochino, sabía que el tío lo iba a bañar y ahí lo tocaba a uno, en los genitales, pero como en forma natural. De repente me abrazó y tenía la mano puesta abajo, en mis genitales, como haciéndose el tonto y no dejaba que uno mirara lo que estaba haciendo. Decía que cerrara los ojos, mientras él acariciaba abajo. Esto pasó como unas tres veces, no sé bien cuándo, creo que tenía 14 años. Y después ya uno se iba a acostar, al lado del tío. Y él estiraba la mano para el lado como haciéndose el dormido. Y lo tira a uno a la cama de él, como si uno se fuera a subir a algo mientras él mira hacia arriba. A veces hace ridiculeces, que toma mi mano y la pone en sus genitales. Pero nunca vi que lo tuviera erecto. Lo sentí como una cosa vieja, chica, pequeña. Y hacia todo este tipo de cosas, de penetración.

Cuando uno estaba al lado de su cama y él lo tocaba, pensaba que si uno está yendo para allá, no puede negarse. Sí o sí. Si a uno le preguntan si quiere ser sprinter, debe decir que sí, es una obligación.

Declaraciones de E.A.S., estudiante

Armas

En Villa Baviera hay  como ciento cincuenta armas para defensa personal, como pistolas y las otras que tienen están bajo tierra. Por ejemplo, tienen como para disparar con balas, municiones (indica como rifles, fusiles, escopetas) hasta metralletas. Sí tienen, tienen de todo, pero para que no aparezcan. Aparecen en el registro militar sí, porque son muy amigos de ellos. Ellos se encargan para que las armas aparezcan  en cierta forma. Schafer dice quien puede llevar un arma, el elige los hombre que le gustan para tener armas y los que no tienen. Kurt Schnellenkamp consigue siempre las armas, hace las compras de las armas  y se preocupa que estén inscritas y todo eso.

Tobías Müller, ex colono

¿Fabrican o fabricaban armas en Villa Baviera?

No. Como tornero no reparo armas ni fabrico. En el fundo no se hacen armas.

Declaración de Kart Johann van den Berg Schurmann, tornero

-¿Se fabrican armas en Villa Baviera? ¿Hay armas allí?

-Sí. Yo ayudé también pero sólo unas partes, tubos y otras cosas, pero no se quien dirigía la fábrica. Karl van den Berg, entre otros trabajaba allí, pero yo diría que casi todos los hombres y mujeres ayudaron alguna vez, algunas horas al día en ese trabajo.

Ingrid Szurgelies, ex colona

En diligencias ordenadas por este tribunal se incautaron, los días 14 de junio y 04 de agosto de 2005, dos arsenales ocultos bajo tierra con numeroso armamento, explosivos de diverso tipo e insumos químicos para su confección, municiones, accesorios y otros múltiples elementos de carácter bélico, cuyo hallazgo se produjo al interior de recintos de la ex Colonia Dignidad. Específicamente, en los predios de Villa Baviera, 7a Región, y “El Litral”, localidad de Bulnes, en la 8a región, respectivamente.

Dicho material bélico oculto, estaba totalmente al margen de todo control y supervigilancia del Ministerio de Defensa Nacional, y su obtención, fabricación o adquisición no aparece resguardada por medio de autorización alguna de la entidad fiscalizadora competente.

En general, se trata materiales de uso bélico, tales como lanza cohetes, ametralladoras, subametralladoras, rockets, morteros, explosivos diversos y, en general, elementos de gran poder destructor y efectividad, que resultan aptos para ser utilizados en algún conflicto de guerra como medios de combate. Este factor, permite sospechar que los elementos incautados, dan cuenta de tráfico internacional de armas realizado hasta y desde la ex Colonia Dignidad.

Otros elementos incautados estarían destinados a efectuar ataques especialmente odiosos, como es el caso de las armas de fantasía, encubiertas bajo la forma de lápices, bastones de apoyo para caminar y cámara fotográfica con dardos en su obturador, fabricados especialmente para ocultar su verdadera naturaleza.

Asimismo, se comprobó la existencia de metralletas “hechizas” e insumos químicos habitualmente utilizados en la confección de artefactos explosivos, tales como explosivo TNT, explosivo plástico T-4, Polvo de Aluminio, Nitrato de Amonio, Antimonio, Detonadores eléctricos y mecánicos, por lo que la organización fabricó parte del armamento encontrado .

Sin perjuicio de lo anterior, ambos arsenales estaban constituidos por armamento, explosivos, municiones, insumos y accesorios producidos en el extranjero y, por lo tanto, introducidos clandestinamente al territorio nacional.

De acuerdo a los peritajes del Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones, la mayor parte de las armas de fuego incautadas están aptas para su uso como tales.

Que, además, sus poseedores mantenían clandestinamente la tenencia de tales armas, los que, en cuanto a la organización, pertenencia, financiamiento, dotación de materias primas, operación e instrucción, indujeron a la creación y mantuvieron el funcionamiento de grupos de civiles como partidas militarmente organizadas. Ello sucedió, a lo menos, desde el año l970, creándose tal estructura tiempo antes del 11 de septiembre de l973; y, en la época inmediatamente posterior a esta fecha se armaron sus miembros, desempeñándose en las acciones de colaboración con los organismos de seguridad del régimen militar instaurado en esa fecha en el país, tales como en operaciones de apoyo a éstos, y de manutención de civiles privados de su libertad en Villa Baviera y en operativos de represión similares en otros lugares.

(Hallazgos de la policía al interior de Villa Baviera, el día 14 de junio de 2005)

Detenidos, presos políticos

“Fui detenido en Talcahuano. El 2 de febrero de 1975 una patrulla de la DINA me llevó a la Colonia; estuve allí hasta el 8 de febrero. Me enteré, poco a poco, que estaba en Colonia Dignidad.

Mientras me llevaba la patrulla escuché que mencionaron ‘el km. 348’, que es el lugar que marca la salida de Catillo y la entrada a la Colonia. Estaba aterrado.

Estuve recluido en el molino, que estaba acondicionado con celdas separadas con plumavit, lo que era muy moderno porque en esa época no existía ese material en Chile.

Las torturas consistían en golpes, ‘parrilla’ y electroshocks, principalmente. En mis sesiones de tortura participó el brigadier Pedro Espinoza, un teniente de apellido Laureani, el propio Schäfer –que dirigía las sesiones- y probablemente Gerhard Mücke”.

Testimonio de Luis Enrique Peebles

“Estuve sólo dos veces sin venda y pude identificar a Gerhard Mücke. Los interrogatorios tenían dos partes: la primera era un estudio del sujeto. No te preguntaban nada, te tiraban a la ‘parrilla’ y golpes y corriente de inmediato, para medir el umbral de resistencia. La segunda era con preguntas. Había más de un interrogador, las preguntas estaba bien formuladas. No se percibía la histeria ni el desorden habituales en los interrogatorios de la DINA. Me hicieron hasta un test de personalidad”

Testimonio de Erick Zott

“Me consta que, desde el año l973 en adelante, hubo gente extraña en la Colonia, tanto hombres como mujeres. Estando en el hospital, donde la Doctora Gisella Sewald me suministraba fármacos, escuché que habían atropellado a una persona; que subieron a un hombre al Hospital Viejo, al que gritaban y retaban, llevándolo al cuarto de baño; escuché también varias voces de gritos de mujeres y se trataba de gritos de dolor.

A la Villa entró personal de Ejército, con jeep, camiones y helicópteros; eran cerca de 500 soldados los que estaban viviendo en los garages”.

Franz Baar, ex colono

“A lo menos, desde el año 1970, tiempo antes del 11 de septiembre de 1973; y, en la época posterior a esta fecha, los miembros de la organización de la ex Colonia Dignidad se armaron, adecuándose mediante un preciso protocolo a acciones de colaboración con los organismos de seguridad del régimen militar instaurado en el país.

Se verifica entonces que existió una estrecha relación entre la Dirección Nacional e Inteligencia DINA y la referida estructura jerárquica de Colonia Dignidad.

Efectivamente, aparece de los antecedentes reunidos por este tribunal que, con posterioridad al 11 de septiembre de 1973, la DINA, con conocimiento y en concierto con los jefes de Colonia Dignidad, este enclave alemán implementó parte de sus actividades utilizando las instalaciones de la referida Colonia, secuestrando a civiles que fueron conducidos a ella y mantenidos en esa condición en su interior.

Con fecha 26 de mayo de 1976, agentes de la DINA privaron de libertad a Juan Maino Canales, a doña Mercedes Rekas Urra y al marido de ésta Antonio Elizondo Ormaechea. Los secuestrados fueron conducidos a Colonia Dignidad y sus vehículos hechos desaparecer en sus propiedades, situación que afectó al menos a Juan Maino, Elizabeth Rekas y Antonio Elizondo.

Asimismo, el 29 de julio de l974, Álvaro Modesto Vallejos Villagrán, a la época estudiante universitario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), fue detenido y llevado transitoriamente al centro de detención denominado “Cuatro Álamos”, desde donde fue trasladado por funcionarios del Ejercito hasta la Ex Colonia Dignidad, la que en esa fecha funcionaba como centro de detención y torturas de personas perseguidas por el régimen militar instaurado en el país, momento desde el cual dicha víctima se encuentra desaparecida.

Se comprobó, además, que la organización desarrolló su actividad mediante la confección archivos que contenían los datos y antecedentes de personas sindicadas como izquierdistas, muchas de las cuales se ignora hasta hoy su paradero, dando luz, por los interrogatorios cuyos registros han sido encontrados, de que los últimos días en que se tuvo noticia de ellas, se encontraban secuestradas en la ex Colonia Dignidad. Asimismo, tales fichas dan cuenta de la actividad de interrogación de las personas privadas de libertad, con participación de jerarcas de la Colonia y miembros de la DINA, constatándose que se obtuvo información, a lo menos de algunos de los desgraciados, empleando tormento en su contra, lo que permitió la recopilación de antecedentes respecto del paradero o ubicación de otro grupo de personas, las que a la vez fueron hechas desaparecer o murieron posteriormente.

Acusación contra la Colonia en cuanto actividad organizada en materia de violación de Derechos