Nombre oficial: Villa Baviera (antes Colonia Dignidad)
Superficie: cerca de 16.000 hectáreas, localizadas al pie de la cordillera de Los Andes, a unos 340 kilómetros al Sur de Santiago de Chile, cerca de los pueblos de Parral y Catillo.
Número de habitantes: En el momento de su fundación, se supone que había unos 300 colonos. Actualmente el número se ha reducido a unos 200.
Idioma: alemán.
Economía: Además de la agricultura (cultivo de trigo, principalmente, pero también de todo tipo de frutas y hortalizas) y la cría de animales (vacas, cerdos, pollos, avestruces, ciervos), cuentan con una carpintería, una fábrica de pan, mermeladas y pasteles, un molino, una fábrica de ladrillos y tejas y una fábrica de embutidos. También regentan dos restaurantes fuera de la Colonia, en la carretera de Chillán y en Bulnes. Y en una época explotaron minas de titanio y uranio dentro de su terreno.
Economía sumergida: durante la dictadura de Pinochet, se dedicaron al rentable negocio de la tortura de presos políticos, al tráfico de armas (en 2005 se descubrió en la Colonia el mayor arsenal de armas privado incautado nunca en Latinoamérica), el refugio a nazis perseguidos y otras actividades delictivas como la evasión de impuestos, abusos sexuales a menores o las adopciones ilegales de niños chilenos.
Infraestructuras: además de los edificios de habitaciones (barracas donde hombres, mujeres y niños dormían separados) y las zonas comunes (comedor, salón de actos, capilla….), cuentan con una gasolinera, un aserradero, establos, taller mecánico, un hospital, una escuela, dos pistas aéreas (de más de 2 kilómetros de largo), siete aviones (que recientemente han sido vendidos), excavadoras, tractores, cosechadoras y camiones. Poseen también con un completo sistema de seguridad: rejas electrificadas, cámaras escondidas, sofisticados sistemas de grabación y de alarmas, túneles y búnkers subterráneos.
Producto interior bruto: se calcula que Colonia Dignidad posee bienes por 200 millones de dólares (en realidad debe ser mucho más). Además de terrenos y casas, se supone que existen diversas cuentas en paraísos fiscales. Nadie ha investigado aún esas cuentas.
Historia:
En 1956, dos pastores evangélicos, Paul Schäfer y Hugo Baar, fundan la Misión Social Privada (MSP). Acusado de abuso de menores, Schäfer huye de Alemania hacia Israel (donde secuestra a un niño sirio), Egipto y Bélgica. En junio de 1961, la MSP se establece en Chile y funda Colonia Dignidad, con estatus jurídico de Sociedad Benefactora y Educativa. Los primeros colonos eran los seguidores de Schäfer en Hamburgo y Siegburg, además de doce niños que sacaron de Alemania sin consentimiento de sus padres, supuestamente a una gira musical.
En Chile, Colonia Dignidad cerró sus fronteras, se convirtió en un Estado dentro del Estado, y estableció sus propias leyes. Regido por un sistema feudal, sus habitantes sobrevivían de la agricultura y la ganadería y trabajaban en condiciones infra-humanas (y de forma gratuita) para su señor, Paul Schäfer. En la Colonia, el señor tenía poder omnipotente para decidir los destinos de sus siervos. Los hombres y las mujeres no podían vivir juntos; ningún matrimonio se celebraba sin el consentimiento de Schäfer, los hijos eran separados de sus progenitores al nacer. Nadie podía circular libremente fuera de las fronteras de la villa. Sus habitantes no poseían documentos de identidad. No tenían acceso a televisión, radio o prensa. Muchos de los colonos eran diariamente tratados con fármacos, golpeados y castigados, e incluso se experimentaba con ellos en el Hospital del recinto. Todos los colonos tenían que confesarse ante Schäfer cada día, y delatar a sus compañeros. Los únicos que tenían ciertos privilegios eran la corte de jerarcas, unas 6 o 7 familias que llevaban los lucrativos negocios de la Colonia.
Colonia Dignidad era, hasta hace muy poco, un recinto cerrado con puertas de acceso controladas por guardias internos y una red de túneles y escondites subterráneos repletos de explosivos y armamentos. Sus aviones volaban sin anunciarlo a las autoridades chilenas de navegación aérea. Sus guardias perseguían con perros entrenados a los que intentaban fugarse, e incluso ejercían el terrorismo fuera de sus fronteras: seguían a algunos fugados hasta la capital chilena. Hasta 1997, y a pesar de las numerosas denuncias, ni la policía ni los periodistas habían podido ingresar nunca a la Colonia.
La edad de oro la vivió la Colonia durante el gobierno de Pinochet. Schäfer fue un gran colaborador de la dictadura. Está comprobado que durante el régimen, la Colonia funcionó como centro clandestino de detención y torturas de la Junta Militar, y también como campo de entrenamiento, con asesores de la CIA y de la MOSAD.
A lo largo de cuarenta años, y durante siete gobiernos chilenos de todas los colores políticos, Colonia Dignidad ha sobrevivido en completa impunidad. Incluso hoy día, cuando ya Paul Schäfer cumple condena en la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago (acusado de abuso y violación de 27 niños, de tortura y desaparición de personas durante la dictadura de Pinochet, de tráfico de armas, evasión de impuestos y secuestro de menores), y sus jerarcas también enfrentan cargos en su contra (aunque la mayoría de ellos está en libertad bajo fianza, y han escapado a Alemania o siguen en la Colonia), el recinto continúa funcionando.
Recientemente Schäfer ha sido condenado a veinte años de cárcel y a pagar indemnizaciones de cerca de un millón y medio de dólares.
Estatus legal: Cuando se fundó, en 1961, obtuvo personalidad jurídica como ‘Sociedad Benefactora y Educacional’, lo que la favorecía en todo el tema de impuestos. Apenas se restauró la democracia chilena, en 1990, el gobierno del entonces presidente Patricio Aylwin canceló la existencia legal a la Colonia debido a las decenas de acusaciones contra el recinto. Allí cambiaron su nombre por el actual, Villa Baviera, y traspasaron todos los bienes a tres empresas que hasta el día de hoy administran los bienes. Lo único que ha embargado el gobierno son los terrenos. Ahora los antiguos jerarcas han sido sustituidos por una nueva generación de dirigentes, con dos colonos chilenos a la cabeza: Víctor Briones y Hernán Escobar.
Visitantes ilustres: Muchos son los que han pasado por el predio de los alemanes, desde Pinochet y su mujer Lucía Hiriart, hasta Manuel Contreras (jefe de al DINA, la policía de inteligencia de la dictadura). El cazador de nazis Simon Wiesenthal aseguró que Joseph Mengele, ‘el ángel de la muerte’, había vivido allí. Se sabe que durante la dictadura, fuerzas especiales de la CIA y de la MOSAD adiestraron en el predio a militares chilenos.